El humo de los incendios forestales en el Amazonas afecta de distintas maneras a las provincias del norte argentino. En Misiones, el impacto es mínimo, gracias a la gestión ambiental y el modelo de sostenibilidad impulsado en el territorio. De todos modos, expertos instan sobre la prevención ante los posibles incendios y la importancia del cuidado ambiental.
La histórica sequía y los incendios de más de tres meses que sufre el Amazonas generó una nube de humo que llegó a Argentina. Esto afectó gravemente la calidad del aire en provincias como Corrientes, Chaco y Formosa. Sin embargo, la calidad del aire en Misiones sufrió un impacto menor, debido a políticas pioneras y su compromiso con el monitoreo constante en el cuidado del medio ambiente.

La región amazónica enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años. Incendios forestales y una sequía histórica afectan a vastas áreas de Bolivia, Brasil y Perú, arrasan millones de hectáreas de bosques y tierras agrícolas. En este marco, el especialista en incendios forestales, Luis Besold, destacó que el mal uso del fuego, la deforestación y la expansión de la frontera agrícola están detrás de la crisis. También, indicó que los trabajos de concientización y preservación ante estos escenarios difíciles marcan la diferencia entre una región y las otras.
Para el profesional, las prácticas agrícolas no controladas y la sequía extrema han creado una combinación letal para los ecosistemas amazónicos. Además de la devastación local, el humo generado por los incendios impacta de manera negativa en toda la región. Besold resaltó la importancia de la gestión ambiental y las políticas públicas sostenibles, que permiten posicionar a la Provincia como un refugio ambiental ante una situación tan grave.
Cómo llegó el humo a la región
El incendios en incendios forestales explicó que, aunque Misiones no enfrenta incendios en su territorio, se ve afectada por el humo proveniente de los incendios en Bolivia y Brasil. Los vientos arrastran las partículas a largas distancias, lo cual provocó cielos nublados y una visibilidad reducida en varias localidades.
El humo contiene partículas contaminantes que, además de afectar la salud respiratoria, también impactan el medio ambiente. El profesional consideró que la sequía y el fuego en la Amazonas recuerdan sobre la fragilidad de los ecosistemas, y la necesidad urgente de una mayor conciencia ambiental y medidas preventivas en todo el continente.
La gestión ambiental en Misiones: un modelo de conservación
En este contexto, la gestión ambiental en Misiones cobra aún más relevancia. La provincia es conocida por su biodiversidad y sus esfuerzos por preservar la selva misionera. Con un 52% de la biodiversidad nacional, Misiones implementó un marco legal sólido que incluye la Ley de Bosques, la Ley de Áreas Naturales Protegidas y la Ley de Humedales, entre otras normativas.

Estos esfuerzos no solo buscan proteger los ecosistemas, sino también garantizar el uso sostenible de los recursos naturales. Ejemplos emblemáticos, como el Parque Nacional Iguazú, reconocido por la UNESCO como reserva de la biosfera, son prueba de que las políticas de conservación de la provincia tienen un reconocimiento e impacto global.
A pesar de estar rodeada de zonas con incendios activos, Misiones se mantiene libre de focos de fuego. Este logro se debe a la combinación de prevención, capacitación y gestión ambiental eficaz. Además, la selva misionera y su infraestructura verde actúan como una barrera natural contra el avance de los incendios forestales, un modelo que resalta la importancia de la conservación ante los desafíos del cambio climático.
Impedir la deforestación y cuidar el agua son los estandartes
En la Provincia, los esfuerzos para frenar la deforestación juegan un papel clave en reducir los efectos del humo. Otras regiones han sufrido una gran pérdida de bosques, lo que agrava los incendios y afecta la calidad del aire. En contraste, Misiones mantiene una política firme en la protección de sus áreas naturales. Las leyes que limitan la tala y promueven la reforestación son un ejemplo de cómo una gestión ambiental adecuada puede hacer la diferencia.
Además, el territorio se destaca por la protección de sus recursos hídricos. Las normativas estrictas buscan prevenir la contaminación de los cursos de agua por agroquímicos y actividades industriales. Esto no solo garantiza el acceso a agua potable para la población, sino que también protege los ecosistemas que dependen de estos recursos.