Hinchas de toda la vida, los nuevos simpatizantes atraídos por el furor “celeste” y hasta el vecino que percibe una Oberá revolucionada por el básquet, contaron de qué se trata el efecto de este equipo que lleva la bandera del deporte misionero a nivel nacional e internacional.
Por Héctor Núñez e Ismael Yasnikowski
Hace 83 años Oberá Tenis Club nacía como un lugar de encuentro y con proyectos de ambiciosos anhelos. Y vaya que lo logró, porque en lo deportivo ostenta ser el equipo misionero que juega en la máxima categoría del básquet nacional y creció de la mano con la comunidad obereña. Se trata de un patrimonio llamado OTC, que está en boca de todos y cuya pasión trasciende fronteras.
Alan Obermann jugó en las inferiores del Celeste. Ya de adulto y viviendo en Buenos Aires siguió de cerca los partidos del entonces Torneo Nacional de Ascenso (TNA). Ahora, como vecino y emprendedor en su municipio natal, sabe y vive el efecto del club que sigue haciendo historia. “Por decir una nomás, cuando se jugó el Súper 4, desbordaron los hoteles y los restaurantes de Oberá. Fue impresionante”, recordó a Canal 12.

Esa misma postal se vive semanalmente en la Capital del Monte donde llegan figuras extravagantes de la naranja, a medirse con un equipo misionero al que ya no todos confían ganar de visitante.
“Para mi es un orgullo ver el nombre de Oberá en las noticias nacionales. Porque así como ocurre con el automovilismo, también se da con el básquet”, resaltó Alan refiriéndose a dos actividades que marcan a esta localidad como plaza inamovible, para eventos y deportes.
Sangre Celeste
Aníbal “Pacha” Santander es nieto de quien fue el primer cantinero del club, allá por la década del 40′ cuando se producían las primeras actividades en la entidad.
En la actualidad, Pacha sigue siendo uno de los simpatizantes más importantes de OTC y con el beneficio de vivir, a dos metros de la cancha. “Para mi es un placer tener a la Liga Nacional frente a mi casa. Es un privilegio”, enfatizó el vecino que es socio del club desde que “gateaba”.

La piel de gallina
El caso de Alberto es, por demás, especial y llamativo. Porque es de Garupá y no era un asiduo concurrente a las canchas de básquet. Pero por su amistad con el reconocido “Pacha” y otros obereños, comenzó a frecuentar esta localidad y un día pidió ir a ver de qué se trataba eso de lo que todos hablaban. “Entré a la cancha y se me puso la piel de gallina. Recuerdo lo que sentí al ver una sola familia en las tribunas”, rememoró Alberto quien se compró la camiseta y no se pierde un partido de OTC.

Recuerdos del Ian Barney
OTC juega en su estadio desde octubre de 2008. Antes, obtuvo varias de sus hazañas en el mítico Complejo Polideportivo Ian Barney. Como la del 14 de mayo del 2008, cuando Oberá Tenis Club (OTC) derrotó como local a Banda Norte de Río Cuarto, Córdoba y ascendió al Torneo Nacional de Ascenso (TNA).
Alguien que recuerda aquellos años y lo que significó OTC como aporte a la transformación social, es el intendente Pablo Hassan. “Recuerdo que yo tenía entre 14 y 15 años cuando con mis amigos íbamos a ver OTC al Ian Barney y esos encuentros eran motivos para encuentros y estrechar vínculos”.
Con el objetivo de seguir incentivando la práctica deportiva, y puntualmente el básquet, en los barrios, Hassan resaltó que “para arraigar el sentimiento hacia OTC, en todo lugar de Oberá donde se pique una pelota, hay escuelitas municipales y los alumnos son invitados a ver los partidos de Liga Nacional”.
Merced a este programa social, la comuna articula actividades con el club y OTC es parte de todos los barrios de Oberá.