La Gran Maestra de la Logia Femenina Argentina visitó Posadas. En diálogo con Canal12, habló sobre la historia de la masonería, los procesos de inclusión de las mujeres y las características de la organización. La discreción de la masonería derivó en mitos y teorías conspirativas en el imaginario colectivo.
La masonería es una organización internacional humanista que actúa como centro de unión entre sus miembros. Defiende la dignidad humana, la tolerancia y la igualdad. Su objetivo es impulsar la verdad, el progreso social y el desarrollo moral e intelectual del ser humano a través de las ciencias. A veces es entendida como una escuela de formación, donde los masones buscan transformarse en hombres buenos y de honor.
“Una logia es un espacio, conformado por integrantes de distintos rangos etarios, profesiones, oficios, saberes, que se juntan y conforman como grupo. Dispuestos a trabajar fundamentalmente en sacar la mejor versión que todos tenemos dentro”, expresó María Elena Castillo, Gran Maestra de la Logia Femenina de Argentina.

En el mundo existen diversas logias que comparten lenguaje y simbología. El logo que identifica a la Masonería contiene una escuadra, un compás, el libro sagrado y las iniciales del Gran Arquitecto del Universo.
Los nuevos miembros deben superar pruebas de purificación para ser aprendiz, que es el primer grado masónico. Un ritual de iniciación es el juramento de discreción, por el que se jura no revelar los procesos de los masones. Este secretismo permitió manipular el imaginario sobre la masonería con mitos y teorías conspirativas.
Masonería: orígenes e inclusión de mujeres
Los orígenes de la masonería moderna, como se conoce hoy, datan de 1717. Durante muchos años fue un espacio exclusivo de hombres. Las mujeres comenzaron a incorporarse a partir de 1952, cuando la logia francesa les permitió conformar la Gran Logia de Francia. “A partir de allí se dio toda una expansión en Europa”, comentó Castillo. En América, el proceso de inclusión fue a partir de 1931, con la logia Alma mexicana de México.
“Fueron grandes luchas, realmente un logro del feminismo en la masonería”, señaló la Gran Maestra Argentina. Las logias femeninas surgieron en Chile, actualmente la Gran Logia del país transandino tiene 40 años. “Es la que patrocina las grandes logias de Argentina, Uruguay y Bolivia. En este mismo proceso ahora patrocinamos a lo que será la futura gran logia del Paraguay”, adelantó. Por otra parte, contó que Uruguay patrocina lo que será la logia brasileña y Chile la futura Gran Logia del Perú.
En el caso de la Gran Logia Femenina de Argentina, “hace más de tres décadas que trabaja y tiene 21 años de vida institucional. Transitamos por los 22 años y tenemos 29 talleres, dispersos en las distintas provincias, también en la república hermana de Paraguay”, contó Castillo, la Gran Maestra de la Gran Logia Femenina del país. Su visita a Misiones se centró en trabajar con Minerva y Aurora, las dos logias femeninas que operan en la tierra colorada.
Principales características de la masonería femenina
Castillo explicó a Canal12 que la masonería es una institución filantrópica, progresista y ecléctica. “Forma ciudadanas y ciudadanos comprometidos con su tiempo y con su geografía, en este marco involucra a sus participantes en el compromiso social”, detalló.
Es fundamentalmente una organización laica, que defiende los derechos humanos en todos los ámbitos, la democracia y los principios republicanos. “En estos espacios, nos juntamos mujeres a debatir sobre temas filosóficos, sociológicos y políticos de actualidad”, apuntó.
Aclaró que no hacen política partidaria, ni religión entendida como espacio de distintas creencias. “Muy por el contrario, trabajamos la espiritualidad libre de dogmas, una espiritualidad laica, que busca fortalecernos en virtudes y valores para trabajar en esa mejor sociedad que queremos y merecemos”, agregó.

Filantropía
Una de las principales características de las logias masónicas en el mundo es su carácter filantrópico. “Se dedica a trabajar con espacios de la comunidad que presentan distintas vulnerabilidades, porque muchas veces la emergencia social nos lleva a salir a responder con inmediatez”, sostuvo.
La logia femenina Argentina otorga herramientas de educación y capacitación para el trabajo. “Con el fin de que esos sujetos vulnerables, sean más libres. Tratamos de solventar esa necesidad de inmediatez”, indicó Castillo. Lo hacen con un compromiso de cooperación para otorgarles herramientas y obtener trabajo genuino. Entienden que es la forma de hacer a esas comunidades más libres.
Teorías conspirativas sobre la masonería
Aunque la masonería no es una organización oculta, sí mantiene el secretismo sobre sus procesos internos. Esto rodeó su historia de teorías conspirativas, que van desde la participación en crímenes y atentados a la teoría sobre el nuevo orden mundial. Muchas teorías incluyen sus símbolos, relacionados con otras organizaciones secretas, como los Illuminati.
Distintos regímenes autoritarios aprovecharon las leyendas masónicas, como Adolf Hitler en Alemania. Se apropió de la conspiración judeo-masónica sobre una élite financiera judía que controlaba todo. Franco siguió esa idea en España y añadió la defensa de la Iglesia católica. La Unión Soviética y China también la prohibieron por considerarla una asociación de burgueses e imperialistas. Entre los islamistas se relaciona con el sionismo.
“En términos generales la masonería está muy estigmatizada. El imaginario colectivo cree que somos una secta, que manejamos los hilos del poder del mundo. Hay un montón de situaciones que la sociedad se plantea con la masonería y su secretismo”, señaló la representante de la masonería femenina.
Explicó que la masonería se caracteriza por la discreción. “Somos una organización de la sociedad civil, que tiene registros en la Inspección General de Justicia, para que nos controle la AFIP. Es decir, aglutinamos ciudadanos comprometidos”, declaró.
Además, agregó, que “la religiosidad juega un rol preponderante a la hora de mirar a la masonería con muchos prejuicios lamentablemente”. Cree que esto tiene que ver con un alto desconocimiento. También, “porque la masonería florece y se consolida en épocas de democracia y declina esta pujanza en épocas de gobiernos totalitarios o de facto”, detalló.
Al respecto, Castillo señaló que los masones fueron perseguidos en el país por la última dictadura militar. “Entonces hubo una decisión política institucional de resguardar a los integrantes y a sus familias, porque no solamente podían perder la vida, sino también sus fuentes de trabajo”.
La masonería femenina busca terminar con los estigmas
Con la intención de derribar prejuicios, estigmas y aclarar el trabajo que realizan. Hace varios años “trabajamos de cara a la sociedad para mostrar lo que hacemos“, señalo Castillo. Por ello convocan a la ciudadanía a que se sume, porque si hay algo que tiene la masonería es un método que permite el respeto, la tolerancia, el trabajo en unión y en concordia. De esta manera, buscar sanear esas grietas bizantinas, binarias e innecesarias para la construcción de un país.

Castillo destacó la postura de la logia femenina, a diferencia de la masculina. “Nosotras desde que somos y trabajamos institucionalmente, intentamos demostrar de cara a la sociedad qué es lo que hacemos”, comentó. También lo que hacen con todas sus obligaciones, como madres, esposas, profesionales, vecinas e hijas. “Es sumar el compromiso ciudadano para trabajar para una mejor sociedad. Libre de prejuicios, libre de dogmas con la idea de construir mayor ciudadanía, mayor democracia, mayor república en todos los ámbitos en los que actuamos”, remarcó.
Requisitos para iniciarse en la Masonería
María Elena Castillo, Gran Maestra de la logia Argentina, contó sobre los requisitos para formar parte de la masonería femenina.
Detalló que primero debe ser una subjetividad femenina y mayor de edad. “Solemos decir libre y de buenas costumbres, es decir que estén dispuestas a librarse de los prejuicios, a sortear costumbres, obstáculos, cambiar lo que se tuvo por verdad hasta el día de hoy si es que vale cambiarlo”, señaló.
Aclaró que “ser un sujeto iniciable tiene que ver con ser una persona que comienza a preguntarse, cuál es su misión en la vida. Qué es lo que quiere hacer, cómo quiere hacer para sacar esa mejor versión que tiene. Cómo quiere comprometerse para trabajar mancomunadamente para que esta generación y las venideras tengan una sociedad más justa, libre, igualitaria, inclusiva e integral”.
Para iniciarse en la masonería, el requisito es tener “la actitud de querer cambiar y liberarse de esos prejuicios que nos subyugan y atan. Y que generan discriminación y violencia en la sociedad y también nos condicionan”.
Origen de la Masonería
Los orígenes de la masonería moderna se remontan a 1717. Previamente, las primeras sociedades masónicas se relacionaron con los gremios dedicados a construir las grandes catedrales góticas europeas, cuyos talleres se conocían como logias. Esa masonería operativa comprendió del siglo XIII al XVI. Durante el XVII las organizaciones adquirieron una vocación intelectual y espiritual. Evolucionaron hacia la masonería que conocemos hoy. Esta etapa comenzó en 1717, cuando cuatro logias conformaron en Londres la primera Gran Logia, la única que autorizaba la creación de otras nuevas.
Su gran maestro recopiló documentos sobre la historia, reglas y usos de la antigua masonería para redactar las Constituciones de Anderson de 1732. En los años siguientes las logias se expandieron para combatir la ignorancia y el fanatismo religioso con la educación y la filantropía. En una Europa que había sufrido las guerras de religión entre católicos y protestantes.

La masonería se desarrolló en el preludio de la Ilustración. Mientras el empirismo, el racionalismo y el antropocentrismo empezaban a dominar la filosofía. Su objetivo en el siglo XVII era formar una sociedad de pensamiento que reuniese a hombres que respetaran la moral natural. También debían creer en Dios y trabajar juntos al margen de la religión o la política que profesaran. Era necesario jurar ante el Gran Arquitecto del Universo, lo que implicaba creer en el Dios de la Biblia.
La masonería ofrecía un espacio a los pensadores ilustrados, donde vivir los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, principios de la Revolución Francesa. En esta etapa, la inclusión estaba vedada a las mujeres, únicamente los hombres podían formar parte de la Gran Logia.