La adhesión de Misiones al Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos, es mucho más que un acto formal. Es un mensaje claro de acompañamiento y memoria activa en torno a una de las tragedias más oscuras del siglo XX: el genocidio del pueblo armenio a manos del Imperio Turco Otomano en 1915. En este contexto, referentes de la comunidad armenia en Misiones resaltan el valor simbólico y político de esta fecha. Así como el rol de la Argentina como país pionero en el reconocimiento del genocidio.
Para la pequeña pero activa Comunidad Armenia de Misiones, esta adhesión representa un acto de justicia simbólica, reconocimiento y visibilización de una de las más grandes atrocidades del siglo XX.
Un pueblo aniquilado y una historia silenciada
El 24 de abril de 1915 marcó el inicio de una brutal persecución contra el pueblo armenio por parte del Imperio Otomano. Bajo la excusa de una “deportación” masiva, más de un millón y medio de personas fueron asesinadas y otro tanto fue desplazado forzosamente. Los sobrevivientes enfrentaron torturas, abusos sexuales, saqueos y muerte durante el largo y cruel exilio a través del desierto.

El genocidio armenio es considerado el primero del siglo XX y un antecedente siniestro de los que vendrían después. El plan sistemático del gobierno otomano incluyó campos de concentración, decapitaciones de líderes comunitarios, ejecuciones masivas, uso de gas tóxico y otras formas de exterminio. Hasta el día de hoy, la República de Turquía niega oficialmente el genocidio, lo que contribuye a la herida abierta en la memoria de los descendientes.
El compromiso de Argentina con la memoria y la justicia
Argentina fue uno de los primeros países en reconocer oficialmente el genocidio armenio. En 2006, el Congreso sancionó la Ley que declara el 24 de abril como Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos. Esta fecha se instituyó para promover la reflexión sobre las consecuencias del odio, el racismo y la intolerancia.
La ley es también un homenaje a la comunidad armenia que encontró en el país un refugio tras el horror. En ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, se organizan actividades conmemorativas y educativas. La flor “No me olvides” se convirtió en símbolo de memoria y lucha.

La voz armenia en Misiones: el testimonio de Pablo Hatserian
En Misiones, la comunidad armenia está compuesta por pocas familias, pero su compromiso con la memoria y la identidad es profundo. Pablo Hatserian, referente local, destacó el valor de esta adhesión: “Fue muy importante ya que da visibilidad a esta tragedia que significó una pérdida para toda la humanidad”, expresó.

Hatserian contó que desde la provincia reciben apoyo constante en cada actividad que realizan, ya sea conmemorativa o cultural. “Formamos una pequeña colectividad para intercambiar ideas y seguir las directivas de los centros más grandes del país. A pesar de ser pocos, difundimos la historia, la cultura y también compartimos los exquisitos platos de la cocina armenia”.
La fecha del 24 de abril es vivida con profundo dolor por cada descendiente: “Llevamos la tristeza como una mochila, porque crecimos escuchando los relatos de muerte y dolor. En mi caso, mis padres y abuelos fueron sobrevivientes”, contó emocionado.
Una memoria que interpela al presente
El reconocimiento del genocidio no solo repara el pasado: también interpela al presente. Para Hatserian, es imperioso que Turquía reconozca oficialmente el genocidio: “Si en tiempo y forma hubiese sido sancionado este crimen en 1915, tal vez hoy no estaríamos presenciando matanzas en distintas partes del mundo”.

La historia del pueblo armenio se inscribe en una agenda urgente de derechos humanos, memoria y no repetición. En un mundo donde todavía hay genocidios y limpiezas étnicas, recordar lo ocurrido en Armenia es una forma de resistir al olvido y construir una cultura de paz.
Misiones se suma a esa construcción colectiva de memoria, reconociendo que la diversidad, el respeto entre los pueblos y la justicia histórica son pilares fundamentales para un futuro más humano y solidario.