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Written by 3:22 pm Salud, Sociedad

Justina, la heroína que con ternura venció al cáncer

Justina

Justina Lima tiene ocho años y fue diagnosticada con osteosarcoma, un cáncer poco frecuente. Después de un año de quimioterapia y dos cirugías, volvió a casa. Amigos y familiares la recibieron en el aeropuerto. 

Santiago Sanabria

En la vida los desafíos se presentan de manera constante, pero está en cada uno definir la manera de superarlos. Justina Lima, una pequeña de ocho años, se posó en su dulzura y esperanza para derrotar al osteosarcoma que le detectaron en 2023. Se trata de un cáncer poco frecuente y de alta mortalidad. Luego de doce meses con sesiones de quimioterapia y dos cirugías, volvió a Posadas. En su ciudad natal fue recibida por familiares, amigos y compañeros de escuela. Esta es la historia de una heroína que se atreve a soñar. 

Vestida para la ocasión, con una capa que cubre su espalda, llegó a Posadas tras un año de tratamientos, viajes, quimioterapias y cirugías. Si bien sus prendas la mostraban como lo que es -una heroína-, su sonrisa fue la que más brilló esta mañana. 

Justina
Justina al recibir los primeros regalos tras superar el cáncer: Fotografía ©Marcos Otaño.

En la muñeca lleva una pulsera, que tiene los nombres Justina y Cata. Ambas son mejores amigas, que jamás dejaron de estar en contacto. Los mensajes y cartas de sus amigos la hacían más fuerte para resistir tantos procedimientos. 

Cuando estaba allá, solo pensaba en volver. Extrañaba mi casa, a mis amigos y mi escuela”, comentó Justina. Con bailes y actuaciones que sus padres se ocupaban de subir a las redes, ella se encargaba de sacar energías para salir adelante. 

Justina resumió, con la simpleza de una niña de su edad, su mayor anhelo por una actividad, apenas arribó a la provincia. “Quiero jugar”, expresó con una sonrisa enorme, frente a las cámaras y sobre todo, sus seres queridos. 

Ella es genial. Es la mejor del mundo. Siempre la pasamos genial. Hace que nuestros días cambien. Estamos muy contentas”, dijo una de sus compañeras de colegio. “Tenemos miles de planes. Vamos a jugar, a correr, a divertirnos”, agregó otra de las alumnas del Instituto Gutenberg.

El proceso: de la desesperación, a la sanación

Adrián, su padre, la acompañó por este largo proceso que duró más de un año, desde las primeras molestias, el diagnóstico y la victoria. “La peleamos juntos, la ganamos juntos”, reza cada publicación del papá de Justina en las redes sociales desde hace meses. Cuando todo comenzó y la incertidumbre estaba presente, él llevaba, a su manera, tranquilidad a la pequeña. 

Adrián Lima, padre de Justina. Fotografía ©Marcos Otaño

“Ella presentó algunas molestias en el brazo, nosotros pensamos que fue un golpe en danza, en patín o en la escuela”, narró Adrián. Primero, realizaron una placa, luego avanzó y terminó con el tratamiento oncológico en el Hospital Italiano de Buenos Aires. 

Gracias a Dios, el IPS y su presidente, Lisandro Benmaor, se portaron excelente con Justina”, manifestó. Por por que agradeció al IPS por el acompañamiento. Mediante ese vínculo y el aporte de la provincia, se logró iniciar el procedimiento.

A las semanas enteras de quimioterapia, con sesiones de cinco horas por día, se sumaron dos cirugías de alta complejidad. La primera fue para hacer el trasplante del húmero, lugar donde se localizó el cáncer.

Luego y tras nuevos análisis, el médico llegó con un mensaje: “Tengo que abrir para ver sus pulmones”. Al notar ciertos nódulos, era necesario intervenir quirúrgicamente otra vez. Ahora, para tomar muestras y realizar la necropsia. “Se trataban de tres ganglios que quedaron rezagados de alguna gripe mal curada”, comentó Adrián. 

El abuelo, primero en recibir los informes clínicos 

Aldo Kriegel, médico de basta experiencia en Misiones, fue quien encabezó los primeros pasos para conocer los motivos del dolor de su nieta. Una mañana, camino al trabajo, recibió una llamada para anunciarle que estaban los resultados. “Leo el informe y se me vino el mundo abajo”, comentó al borde de las lágrimas.

Aldo Kriegel, abuelo de Justina. Fotografía ©Marcos Otaño.

Al conocer los resultados de los análisis, Aldo se acercó a Adrián para llevar la noticia a la madre. “Cuando nos vio juntos se dio cuenta de todo”, comentó.

De los últimos resultados que esperaban, era saber el efecto de la quimioterapia. “Como médico sé que algunos procedimientos pueden salir bien, como también pueden salir mal”, comentó Aldo. Finalmente, al descubrir que el tratamiento hizo efecto en un 99%, “nos volvió el alma al cuerpo”, comentó el médico y abuelo de Justina. 

Una cuestión humana 

El presidente del IPS, Lisandro Benmaor, también estuvo en el recibimiento a Justina. Explicó que, debido a la alta complejidad de la enfermedad y mediante la obra social provincial, fue derivada a un centro de atención en Buenos Aires. “Gracias a todo esto, podemos festejar que Justina está acá otra vez, con su familia y amigos”, comentó al borde de las lágrimas. 

En otras provincias u otros países, con distintas obras sociales, este no hubiese sido el resultado”, destacó Benmaor.

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