La parroquia San Cayetano de Posadas celebró una misa para bendecir a los biciperegrinos y sus bicicletas, quienes se alistan para emprender la tradicional peregrinación hacia la Basílica de Itatí, en Corrientes. Dicha misa tuvo como objetivo consagrar a los ciclistas y a sus vehículos de fe, que en los próximos días recorrerán más de 300 kilómetros con destino a la Virgen de Itatí, en un acto de devoción y esperanza. La meta es llegar para el domingo 8 de diciembre.
En diálogo con Canal 12, el párroco Ángel Rojas, destacó que “los peregrinos se preparan porque están a horas de salir hacia Itatí. Este encuentro fue importante celebrar la oración de la santa misa desde una comunidad. La comunidad es la iglesia diocesana de Posadas porque los peregrinos pertenecen a distintas parroquias, capillas, grupos y movimientos”.
El sacerdote remarcó que la peregrinación es una travesía de fe y sacrificio, donde la oración juega un papel fundamental para fortalecer el espíritu y la determinación. “La oración es lo que te hace fortalecer porque seguro las piernas se cansarán y el cuerpo se debilitará, pero la oración es ese viento y fuego que uno lleva en el corazón para empujarte hacia adelante”, explicó el padre Rojas.
Los peregrinos, que se unen en esta tradición religiosa, no solo lo hacen por la devoción a la Virgen, sino también por el amor y el agradecimiento. “Todos ellos realizarán este viaje por el amor del hijo a la madre: es como ir al encuentro de la madre. Van con gestos de gratitud, van a agradecer. Lo hacen con la generosidad de ofrecerse a sí mismos, ya que no llevan cosas, sino su corazón”, agregó el párroco.
Hace más de 25 años que participa de la peregrinación
Gabriela Rojas, una de las biciperegrinas que participará de la travesía, compartió su historia personal y la profunda devoción que siente por la Virgen de Itatí. “Hace más de 25 años que vamos en familia a esta peregrinación. Nuestro grupo se llama ‘Unidos por la Fe’. Para mí, significa todo, en especial, la Virgen de Itatí. Ella me dio el milagro de ser madre. Tuve una historia particular porque no podía ser madre”, relató.
© Sixto Fariña – Canal 12.
Gabriela continuó explicando que, en un momento de dolor y desesperanza, fue a pedirle a la Virgen de Itatí la gracia de ser madre, un deseo que, por la misericordia de la Virgen, pudo cumplir. “Durante una parte de mi vida, tuve una experiencia dolorosa porque tuve una pérdida (embarazo) el 9 de diciembre de 2014. Los doctores me dijeron que no iba a poder ser mamá. Por lo que le fui a pedir con mucho fervor a la Virgen de Itatí el milagro de poder ser madre”, recordó.
Su hijo de ocho años, Joaquín Daniel Rojas, quien también es parte de la peregrinación, expresó que “es una experiencia hermosa. Parte de este viaje es para orar por aquellos niños que están en el Hospital”. El pequeño de ocho años prepara su bicicleta con el equipamiento necesario, incluyendo luces, casco y chaleco refractario, para asegurarse de que su recorrido sea seguro.

Luego de doce años, retomará la pasión por este viaje
Mario Toledo, otro biciperegrino con años de experiencia, también estuvo presente en la misa. En su caso, comentó que este será su regreso a la peregrinación después de varios años de ausencia. “Hace muchos años que visitamos a la Virgen de Itatí. En total, deben de ser ocho ocasiones consecutivas. Desde 2012 hasta la actualidad, no pude ir por distintos motivos. Ahora, después de doce años, iré nuevamente para retomar esta pasión que tenemos por ir a la Basílica de Nuestra Señora de Itatí”, expresó.

El peregrino destacó la magnitud de este encuentro, que cada año suma más participantes: “Cuando sale un grupo grande de ciclistas peregrinos, se demuestra la magnitud de este encuentro. Cada año se suman más personas y ciclistas; y se suma más conciencia de dar gracias a la Virgen por lo vivido”.
Comenzó con su cuñada: hoy son más de 45 biciperegrinos
Macarena González, quien también forma parte del grupo de peregrinos, relató su experiencia personal en esta travesía. “Este es el octavo año que participo con un grupo de amigos que se llama Arandú. En un principio, comenzamos con un grupo de dos personas: mi cuñada y yo. En la actualidad, conformamos un grupo de 45 personas. Es una experiencia muy linda y de fe que se vive junto a muchas personas”, afirmó Macarena.

También destacó la importancia de la misa de bendición: “Lo que la mueve y nos hace llegar es la fe y las intenciones que llevamos en el corazón. Sentimos que el Señor nos bendice y nos da la fortaleza para poder llegar juntos y seguros. Esta misa que tuvimos es importante porque nos hace sentir protegidos gracias a la bendición del sacerdote”.
De este modo, los biciperegrinos de la Parroquia San Cayetano se preparan para un largo y desafiante recorrido hacia la Basílica de Itatí, con la bendición de la comunidad y la fe como motor que los impulsa a seguir adelante. Con sus bicicletas consagradas y el corazón lleno de esperanza, la peregrinación promete ser una vez más una experiencia espiritual única.
© Foto de portada por Sixto Fariña – Canal 12.