Cada vez son más los productores que se suman a la agroecología. Gustavo Paciello Björklund es uno de ellos. Hace algunos años decidió apostar a la elaboración de yerba mate orgánica. Junto a su familia crearon dos marcas. Se trata de Nuestra Chacra y Dulce Misionerita, dos productos misioneros que tienen por objetivo asegurar la trazabilidad. La primera marca se encuentra certificada.
“Nosotros estamos vinculados a la yerba mate. Conocemos el procesamiento entero de la yerba mate. Por esto decimos hacer nuestra propia producción y elaborar un producto premium”, dijo a Canal 12 Björklund, propietario de las respectivas firmas. En esta misma línea, el productor señaló que “siempre tuvimos la idea de producir en forma sustentable e interiorizarnos en tener un producto de alta calidad inocuo para la salud”.

Respecto a las principales diferencias, Björklund indicó que Nuestra Chacra “está vinculada a la parte turística. En tanto, Dulce Misionera es una marca conocida, que se viene produciendo hace rato. Hay gente que compra en Iguazú y después me llaman por teléfono para comprar. Nosotros aseguramos la trazabilidad absoluta”, destacó.

Producción orgánica
La producción orgánica se caracteriza por el cumplimiento de factores estrictos como el cuidado del ambiente, suelo y los cultivos. En el caso de la yerba orgánica, se presenta como un producto distinto debido a que resulta de un sistema de producción alternativo al convencional, con atributos particulares, y diferenciado. Posee un logo que facilita su identificación.
En cuanto al tratamiento de los cultivos, el factor principal es que se realiza a través de la utilización de bioinsumos, es decir, productos libres de químicos, que evitan poner en riesgo las bondades del ecosistema que lo rodea.
Estos son condicionantes que motivan al consumo, no solo local, sino de otras latitudes que se sumaron al cuidado ambiental y alimenticio.
Para que un producto orgánico sea potencialmente negociable a nivel local y a otras latitudes, es menester, contar con la certificación agroecológica. En la provincia, desde hace algunos periodos, existen cooperativas que disponen de ese sello, mientras que hay otros que aguardan por la finalización del proceso que dura alrededor de tres años.