Ropa, mercadería, artículos electrónicos, son algunos de los productos que se pueden encontrar en el lugar. Hoy en día son más de 240 locatarios quienes tienen sus puestos en el sitio.
Por: Brisa Bujakiewicz
Con casi 67 años de vigencia, el mercado modelo La placita es uno de los sitios más populares y visitados por la gente local y turistas en la capital misionera. Los cambios en su estructura y la modernización se complementan con las tradiciones regionales, que se hallan en cada puesto del histórico predio. Vestimenta, calzados, blanquería, electrónica, celulares y productos autóctonos, son algunos de los múltiples artículos que se pueden encontrar.
Si de yuyos se trata, el puesto de Secundina Acosta es uno de los lugares claves para la compra. En diálogo con canal12misiones.com, una de las más antiguas del sitio contó como desarrolla su labor hace más de 50 años. “Vine a los 19 años de Coronel Bogado, Paraguay. Vine acá a trabajar. Antes trabajábamos humildemente, ahora hay mucho presupuesto”, narró Acosta.
Secundina contó que trabaja todos los días desde las 06:00 de la mañana a 18:00. “Tomo todos los días el colectivo desde el barrio A32”, relató. También, la mujer destacó que el lugar es elegido debido a la amabilidad y los precios que ofrecen los vendedores. “Ahora compran muchos yuyos. La gente elige venir acá por el trato y los costos”, resaltó.
Mi amor, mi vida, mi corazón
La placita se caracteriza por su amabilidad. “Mi corazón”, “mi amor”, “mi vida”, son las frases más escuchadas por cada visitante cuando recorren los pasillos del edificio, en busca de precios. Miriam Acosta, dueña de uno de los puestos de electrodomésticos, contó el origen de las célebres frases.
“‘Mi amor’, ‘mi corazón’, son frases que usamos por costumbre. Tenemos contacto continuo con la gente y dependemos de la venta, entonces el trato es primordial, la atención. Eso atrae al turista”, sostuvo la emprendedora. Miriam es segunda generación de vendedores del lugar.
Al respecto, Acosta narró que forma parte del sitio desde siempre. “Me crie acá porque mi mamá tenía un local. Ella vendía ropa y con el tiempo, yo pude adquirir un local. Tengo cuatro hijos y uno de ellos trabaja acá, tiene su puesto de arreglo de celulares. Es como una herencia“, contó la trabajadora.
Sobre el paso del tiempo, la mujer recordó que años atrás “venían colectivos y paraban enfrente al monoblock. Nosotros estábamos felices porque eran seis o siete transportes con turismo”.
Respecto a ello, destacó que en la actualidad, “a nivel turístico se incrementó mucho las ventas. Me gusta que el gobierno tenga este tipo de política porque lo plantearon y lo lograron. Siempre están mejorando y dando oportunidades para los emprendimientos“.
El mercado modelo, un tatuaje en el alma
Luis Luque vende marroquinería, mantelería y electrodomésticos hace 16 años, en uno de los puestos del lugar. En pandemia, comenzó a tatuar. Ahora, combina su tiempo para desarrollar su carrera y su hobbie.
“Cuando empezó la pandemia comencé, por hobbie, a realizar tatuajes en mi domicilio, ya que estábamos sin abrir el local. Aún no tomé la decisión de poner un puesto de tatuajes acá en la placita, porque lo hago más por diversión”, detalló Luque.
En cuanto a las ventas, el joven explicó que le gustaría ampliar más el negocio. “Esto es mi carrera”, sostuvo.
Amabilidad: la fórmula mágica
Liliana Pedrozo tiene 60 años. Hace 40 años se dedica a la venta de carteras, maquillajes, termos, billeteras y todo tipo de accesorios en La placita. “Me gusta mucho este lugar, porque es mi trabajo. Además lo veo como un pasatiempo, como algo divertido, también lo veo como una gran familia entre todos los que manejamos los puestos”, relató.
En este sentido, la mujer aseguró que la gente elige el espacio por los precios y la amabilidad a la hora de atender. “La gente viene mucho acá, porque tenemos buenas ofertas. Por ejemplo, si tenemos una billetera a $2500 y el cliente la quiere a $2000, se la bajamos a $2000. No importa si estamos al costo, porque ese es nuestro estilo”, comentó.
También, añadió la regla básica de atención. “Lo que a la gente le gusta es como se le trata, con amabilidad. Por ejemplo, “Gracias mi amor’’ o “Bueno mi reina” son fórmulas para tratar bien a las personas, por eso nos eligen día a día”, resaltó la vendedora.
Hoy en día son más de 240 locatarios quienes trabajan en la Placita y ofrecen innumerables productos. En sus inicios, el espacio funcionó de manera más informal sobre la avenida Roque Pérez y Buenos Aires y en 1962, se trasladó a su ubicación actual, sobre la avenida Roque Sáenz Peña entre calles Sarmiento y San Martín.
