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Written by 10:02 am Tendencias

El dulce cielo guaraní capta la atención de todo el país

El producto Cielo Guaraní, Astroturismo en Misiones, pone a disposición de los visitantes del Parque Provincial Salto Encantado una experiencia única, bajo la luz de las estrellas que genera interés a todo el país. 

No tenían noción del año, pero sabían que después de 12 lunas llenas regresaría el mismo clima. En junio aparecía “Eichu” (Pleyades) en el horizonte, este un poco antes del sol y eso era buen augurio. Después de todo, marcaba el regreso del ciclo agrícola y lo festejan hasta hoy con la fiesta del Arete Guazú Hablemos de la tan mencionada y aún poco conocida astronomía guaraní.

Son muchos los que crecieron escuchando hablar en la televisión y leyendo en libros y revistas sobre constelaciones en el cielo, y buscando el espacio más oscuro del patio para enfocar la vista a la inmensidad del cielo y ver a la “Osa Mayor”, la “Osa Menor”, “las tres Marías” o buscar la famosa “Cruz del Sur”. Pero, ¿qué pasa si les hacen saber que los guaraníes que habitaron la tierra colorada hace cientos de años tienen su propia complejidad para explicarse y entender el universo?.

Cielo guaraní, astroturismo en Misiones

Más que un producto ecoturístico, es una oportunidad de forjar lazos indestructibles con nuestras raíces. Conocer la importancia de la protección de los Cielos oscuros y aprender para así poder reproducir la interpretación del cosmos desde la Visión de la Nación Mbya Guaraní. El Producto, Cielo Guaraní, Astroturismo en Misiones pone a disposición de los visitantes del Parque Provincial Salto Encantado una experiencia única, bajo la luz de las estrellas.

Pléyades, para guaraníes de la región oriental se trataba de EICHU”: un panal de avispas existentes en la América precolombina.

En la oscuridad del cielo guaraní, brilló el cúmulo estelar Hyades (Tauro). Los guaraníes bautizados por los misioneros, veían la imagen de la Virgen María.

¿La “Cruz del Sur”? La huella de un ñandú. ¿Las constelaciones? Rokais, empalizadas de troncos que rodeaban las aldeas para no permitir el ingreso de animales. El dios tapir tenía su cerco. ¿La lluvia de meteoritos? Mal augurio, literalmente Tata Repotí o “caca de las estrellas”.

Estas son solamente algunas de las explicaciones de quienes supieron interpretar al mundo a su propia manera antes de la llegada de colonizadores al continente. Su sabiduría persiste, en libros y viejos manuales, pero hoy tenemos la oportunidad de escucharla y verla con nuestros propios ojos en medio de la naturaleza misionera.

N.M.

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