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La Blanquita, un balneario en Andresito cargado de historia

El lugar ya era visitado mucho antes de la fundación del municipio. Se trata de un pequeño arroyo que congrega a todos los habitantes del pueblo. Su nombre actual se debe a una mujer y está ligado a la historia del pueblo.

Por Fabian Bautista

Si le preguntás a un andresiteño un lugar para ir al agua, seguro que dentro de las primeras 3 opciones te va a mencionar “La Blanquita”. Se trata de un arroyo pequeño, que desemboca en el río Iguazú. Pero su nombre hace referencia a toda esa zona que bordea el majestuoso cauce, algo así como un kilómetro y medio de orilla y barranca de tierra roja, emblema de Misiones.

Si bien debería haber sido chacra, el camino le quitó una tajada, dejando el margen del agua con algunos metros de tierra como invitación a ir a pasar el día.

Durante el verano, se convierte en algo así como “la playa de Andresito”. Es inevitable ir al menos una vez a disfrutar de sus aguas frescas y poco profundas. De hecho, la gente lleva su silleta, alguna comida o bebida y se sienta a algunos metros de la costa, a aprovechar la tarde.

Otros prefieren pasar el día allí y van más temprano, para asegurarse un lugar a la sombra. A la hora del mediodía es posible seguir el rastro de humo que conduce al asado a la estaca o a un guiso al disco.

Luego, están los que la consideran un buen lugar para la pesca, a cualquier época del año, exceptuando la veda, claramente. Es que la Blanquita ofrece sitios ideales para esta práctica, con aguas más profundas. Los señaladores de estos puntos son los bordes de barranca lisa, por el rastro de quienes eligen el silencio para despejarse de la rutina.

Finalmente, como si se tratara de un estudio fotográfico, La Blanquita ofrece un paisaje pincelado por el Creador. Ahí se conducen los fotógrafos profesionales con grupos de egresados, con novios y con quinceañeras. Pero también van los amateurs, celular en mano, a cualquier hora del día; porque si bien los amaneceres y atardeceres son mágicos, las nubes y el sol reflejadas en el agua playa, del mismo modo, tienen su encanto.   

Algo que no todos saben es que antes de llamarse “Blanquita” el lugar tuvo otros nombres. Entrevistamos a varios de los primeros pobladores para que nos lo cuenten.

La casa de “Don Chinelo”

Teresa Alarcón vivió en Cabure-í desde cominezos de la década de 1960. Contó que para ese entonces ya iban de picnic, en inmediaciones de La Blanquita. Allí “vivía Don Chinelo, de quien solo sabían que era  brasilero y que usaba  chinelas de cuero de animales silvestres que cazaba, de ahí vino el seudónimo. La casa de ese hombre era paso obligado que realizaban  para cruzar la frontera, donde luego se estableció el puerto y el destacamento de prefectura, que ahora está”, dijo.

Casa blanca

Carlos Medina (61) vino en 1980, con 19 años, a trabajar en el destacamento de prefectura que funcionaba en Puerto Andresito desde el 20 de junio de 1978.

Contó que por esa zona tenía una casa Héctor “el polaco” Erhelux, un maestro que se dedicaba a la extracción de madera, siendo dueño del único zanello de la localidad. Más bien se trataba de un bungaló donde pasaba los fines de semana con su esposa, también docente, que trabajaba en Iguazú. 

Según Medina “las paredes estaban pintadas de blanco y, por estar cerca de la costa, era visible desde bastante lejos. Por ello, en los primeros tiempos, la gente que venía de Brasil en bote la usaba como punto de referencia para desembarcar, de ahí quedó el nombre “Casa Blanca”. 

Arroyo Anta

Ito App (75) vino desde Alem en 1980. Fue intendente de Andresito entre 1995 y 2007. Compró la chacra del “polaco Erhelux” y contó que en una de las crecientes de la década del 80 el bungaló quedó parcialmente destruido, luego él terminó de desarmarlo.

Según App, “antes que Blanquita, la gente le llamaba arroyo Anta; así era conocido hasta que el coronel Jauregui lo rebautizara en homenaje a su secretaria”.

La Blanquita

José Efraín Núñez (91) está viudo desde 2019, año en que falleció su esposa, Blanca Ester Mensembrinck, más conocida como Blanca Núñez o “Blanquita”. Cuando ella trabajaba en la oficina del Ministerio de Asuntos Agrarios en Posadas, la buscó el teniente coronel Homero Enrique Jauregui para que fuera la secretaria del Plan de Colonización Andresito. 

Actualmente José vive con su hijo Enrique (67) en el barrio 10 viviendas, pero están por mudarse a Posadas. El padre padece alzhéimer, sin embargo, cuando se le pregunta de los acontecimientos que marcaron su vida la memoria parece intacta.

Recordó: “Llegamos en el año 1979, cuando este lugar era todo monte, no había nada. Como Blanca era la que recibía la documentación para los postulantes a las tierras, todos la conocían”.

Enrique relató que “un día el teniente coronel Jauregui le preguntó si estaba de acuerdo en que le pusiera ese nombre al arroyo, como forma de agradecimiento a su aporte al plan y su constante compromiso con la gente. Como ella dijo que sí, la cartografía registró así ese cauce”.

Cómo llegar

La Casa de don Chinelo, Casa Blanca, Arroyo Anta o La Blanquita como es conocido ahora, sigue siendo un lugar mágico que con su encanto atrae inevitablemente a sus correderas de agua limpia y poco profunda. Un verano en Andresito sin ir a La Blanquita, parece que no está completo.

Está ubicado a 11 kilómetros del casco urbano de Andresito, sobre calle terrada en buen estado. El lugar no cuenta con servicios, así que hay que ir preparado si se quiere pasar el día.  

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