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Written by 3:57 pm Sociedad

Dejó la ciudad, volvió a la chacra y emprendió nuevos negocios

Estela Marisa Baumann era dueña de una agencia de turismo en Posadas. Pero decidió cambiar. Volvió a sus raíces y cuando la pandemia empezó tuvo que barajar de nuevo: retornó a El Alcázar luego de trece años. “Raíces”, dijimos. Sí, apostó a vender mandioca pelada y le va bien. Ahora, le consiguieron un freezer súper grande para tener más stock.

(Suena el teléfono… no responden)

(Deja el Whatsapp – pasa a teléfono… llama…no responden)

(Vuelve al Whatsapp – graba un mensaje: “Queremos hacer una nota, etc”)

(Al rato, responden)

“¡Hola Mario! Sí, claro. Cómo no. Ahora, no voy a poder porque estoy repartiendo la mandioca congelada entre mis clientes. Esta tardecita, ¿puede ser?”

A la tardecita (esa maravillosa palabra misionera), el periodista vuelve a insistir.

Y al rato, llega el mensaje.

“¡No sabés lo que me pasó! Bajé a hacer una entrega y dejé puesta la llave del coche. Cuando volví… llaveado (otro misionerismo maravilloso)… No podía entrar a mi propio auto. Perdí como tres horas en buscar a un cerrajero y poder abrir mi propio vehículo y seguir con mi tarea. Por suerte, mis clientes son piolas y me hacen el aguante…”

Y sí, ¿cómo el periodista no hará otro tanto? Habrá que esperar nomás.

Cosa rica si las hay…! En Misiones todos aman la mandioca

Al otro día, sí.

Estela Baumann ha pasado la noche en Posadas y se decide volver a El Alcázar. Y, antes, dedicará un rato de su tiempo para charlar sobre su proyecto y muchas otras cuestiones.

“Me había quedado fuera del auto. Así que, con el retraso no me quedó otra que quedarme en Posadas ya que las últimas entregas las hice cerca de las nueve de la noche. Y, la mayoría (de los compradores) me conoce y me espera”.

Le reconoce mérito a su Toyota Ethios por la gran capacidad. No es un furgón ni siquiera una camioneta, pero viene cargadito de mandioca pelada.

“Traigo dos conservadoras en el piso; y luego, dos en el asiento grandes con capacidad de 40 litros gruesas de 5 cm para 90 litros”, explica.

Arriba del coche, otra larga que compró en Mercado Libre que carga 16 kilos.

En el baúl, carga una conservadora que le compró a un ex carnicero y otras dos más también “de Mercado Libre y otra que compré en Eldorado”.

Así, fácil trae entre 220 y 240 kilos

“El auto es espectacular… Con los baúles grandes”, dice Estela y no deja de pasar el “chivo” para la firma japonesa.

¿Y con la conservación, cómo hace? Más si se piensa en percances como el que le tocó pasar en su última venida a Posadas.

“Es sencillo: Salgo de El Alcázar y me abrigo bien y vengo en frío con aire acondicionado. Así todo lo que traigo también viene enfriado adicionalmente”.

Las conservadoras son muy importantes para transportar la mandioca pelada y congelada

Años de estudio y trabajo citadino

“Sí, soy licenciada en Turismo; me recibí en la Unam y trabajé muchos años en el rubro”. Fueron 13 años y estuvo al frente con una socia de una agencia de turismo en pleno centro.

“Y llegó un momento en que desensillé para que aclarara. ¿Sabés qué pasa..? El rubro turismo es muy cambiante. Eso se mueve rápido y la gente cambia como se cambia la ropa. Y era estresante y uno va perdiendo la paciencia a medida que queda grande”, continuó reflexionando. “En casos se puede decir: ‘Te vendo (hasta) lo que vos no vas a querer ni comprar’. Te vendo una ilusión, la de ir a un lugar que quizá ni siquiera yo conozco”.

Y le lleva a otra conclusión: la carrera debería tener dos años para la formación cultural, social, leyendas, geografía humana y esas cuestiones. Y los tres años finales: negocio, emprendedurismo, cuentas, impuestos, gestión, marketing, cambio de monedas y un largo etcétera. “Me encontré con un profesor que sólo se dedica a la docencia y le dije: ustedes sí que viven en una burbuja y no saben de qué va la cosa…”

Y así llegó la decisión: “Dejé el turismo y volví al interior. Vendí el fondo de comercio. Casi como en el tango, volví con mi padre con el deseo de tener más tranquila la vida”.

Empezó a trabajar con una chacra que había comprado como inversión.

“Pero no tenía intención en realidad de dedicarme a la actividad agrícola”.

Igual, alguna marca había quedado. “Con mi madre salíamos a vender leche, crema, ricota, así que algo de ese debía haberme quedado”

Una falencia del colono es la de no saber vender su producción, dice Estela.

Y debe acordar los precios que de otra manera, le imponen los compradores.

¿Un ejemplo? Les pagan de 9 mil  a 12 mil pesos la tonelada en fábrica de almidón

“Muchos no se atreven a la venta. El colono no quiere perder el tiempo. Si va casa por casa y al ver los números del gasto de logística se daría cuenta de lo que deja de ganar”, afirma.

En vez de vender

1 tonelada 100 mil pesos (1000 kilos de mandioca pelada a 100 pesos)

1 tonelada 10 mil pesos (1000 kilos de mandioca a la industria).

Y allí donde necesita producir mucho más. “Con 3 hectáreas puedo obtener más que alguien que produce en 100 hectáreas”.

“Hierve bien?” le pregunta la gente. “¿Si hierve bien..? se deshace”, contesta Estela.

Trabajos en la chacra

Volviendo a su situación. “Me quedé sin trabajo y arrancó la pandemia. Vendí todos mis eucaliptos. Y ahí tenía algo de capital”.

Una de las opciones era esa: vender a los bolseros, que son acopiadores, empresarios con (equipos de) semis. Bolsas de 40 kilos arrancan y embolsan. “Te pagan 10 pesos el kilo”.

Y arrancó 3 hectáreas: “Limpié y planté. Plantar en luna nueva, sé que se cocina bien”.

Pero el 2020 no solo trajo la pandemia. Como no alcanzaba, hubo más.

“Vino la sequía y perdí más de la mitad 65% de producción

Estaba desilusionada porque empecé y quería tener éxito. Y me viene la sequía”

Cayeron unas pocas lluvias y al poco tiempo empezó a brotar.

Ese 35% empezó a producir. El cálculo era sencillo: si entregaba a bolseros (industria, digamos) obtenía 10 pesos por kilo.

Pero si la vendía pelada, podía multiplicar por 10 la renta.

“Con 10 kilos puedo sacar 1000 pesos. Está bien, hay que descontar lo que se pierde en la pelada y el trabajo y el gasto de electricidad y demás”.

Paso siguiente. “Saco una planta, a ver el peso, a ver si se cocinaba para poder vender en el mercado”.

¿El resultado? Inmejorable. “Era una manteca (traducido del misionero básico: la mandioca se cocina muy bien y casi que se deshace). Empecé a sacar y embolsar”.

Hizo el estudio de mercado. “En los súper de Posadas, estaba a 140 pesos el kilo. Mi cálculo era con 100 pesos, mi producto podía andar y tener demanda”.

Era así nomás. “Necesitaba dinero y salí a vender… Tengo un grupo de amigas y nos conocemos desde hace 30 años. Y ofrecí con los contactos en Posadas. Tenía pedidos por 30 kilos. Metí la mandioca pelada en las conservadoras y me vine”.

Venta a domicilio, en el área de las chacras 32/33 después de la terminal

“Ofrecí…Y se vendía”.

Todo esto ocurrió en 2021.

“La plantación que hice en septiembre y no cayó nada de lluvia. Pero en diciembre enero sí vinieron lluvias algunas raíces se pudren. Pero vamos tirando, claro que sí”, dice Estela Baumann con un optimismo a prueba de balas.

El titular del IFAI, el contador Marcelo Rodríguez, estuvo en la entrega del freezer.

El Estado presente

Estos días, Estela fue noticia. Sí. No sólo porque vende mandioca sino porque recibió a funcionarios del Ministerio de Agrícola Familiar y le consultaron qué andaba necesitando.

“Y les dije: un freezer más grande. Y me dieron conservadoras. Y el freezer. Tomé contacto con Lucas Carneiro subsecretario Agricultura Familiar que depende de la ministra Marta Ferreira.

¿Qué decía la crónica?

Autoridades del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial llevaron a cabo la entrega de insumos y asistencias financieras a productores del Alcázar, la actividad se desarrolló en la chacra de la productora María Cristina de Mello ubicada en el Km 14 del municipio. Y contó con la presencia del presidente del IFAI, Cr. Marcelo Rodríguez, el Intendente local José Ferreira y su par de Puerto Piray, Jorge Lezcano.

Juntos en una reunión de trabajo, otorgaron asistencias financieras e insumos para que los productores puedan desarrollar sus proyectos.

En este contexto, el intendente José Ferreira declaró: “que podamos llevar recursos como los que se trajeron hoy a nuestros productores es porque el Estado provincial está presente en toda la provincia dando soluciones a los pequeños productores, para fortalecer el trabajo y también apuntando a que los jóvenes se queden en las chacras”.

Y cuándo aparece Estela Baumann.

 “El presidente del IFAI se dirigió a la casa de Estela Marisa Baumann, donde realizó la entrega de un freezer para su emprendimiento.

 En este sentido, la productora/emprendedora explicó: “yo me estoy dedicando a la producción de mandioca, que la comercializo pelada y frizada en bolsas de 1 kilo. Con esto estoy totalmente feliz porque yo solamente tenía un freezer pequeño y estaba acopiando entre 20 a 50 kilos”.

Y agregó: “Ahora voy a poder congelar entre 500 y 600 kilos y no solo mandioca, sino también de choclo. Que los comercializo acá en mi pueblo y también en Posadas”.

Y siguieron los beneficiarios.

A su vez, De Mello una de las beneficiarias expresó: “lo que recibí es algo muy especial, lo voy a usar para seguir trabajando, yo me dedico a la plantación de mandioca y con esta asistencia voy a comprar las herramientas que necesito para limpiar mi chacra”

Además, el joven productor Aníbal Nicolás Rivas comentó: “yo voy a utilizar este dinero para invertir en mi criadero de chanchos, estoy iniciando mi proyecto y esto me viene muy bien para comprar lo que me falta”.

 Al finalizar el Cr. Rodríguez subrayó “seguimos asistiendo a los colonos, quienes son garantes de la producción de alimentos en Misiones. Estas políticas de fomento en las colonias, picadas y parajes, son el reflejo del compromiso de un gobierno presente que le da contenido a las palabras.”

El final es trabajando como siempre

“Y, sí. No queda otra. Hay que seguir pelando. Otro muchacho que me ayuda y yo lo hacemos. Arrancamos las raíces, las llevo en lomo al tacuaral. Y ahí, pelamos, lavamos y pesamos”, comenta Baumann para dar a entender que no hace asco al trabajo duro de la chacra.

“La primera vez, vine con 180 kilos; entregué mis 30 kg que tenía pedidos

Y luego salí a vender el resto. Vendí el resto: eran los 150 kilos. Hacía calor y  en chacra 32/33 con mucha gente afuera. Les ofrecía  y así fui colocando hasta el último kilo”

Una de sus estrategias es no ignorar las redes sociales.

“Vendo todo por whatsapp. Muchos compran hasta 10 kilos porque saben que vendo calidad”.

Y ya hace cálculos. “El otro viernes vendré y cinco días antes largo la publicación. Hago bastante personalizada la oferta. ‘Claudia –le envío un mensaje- tal día estoy yendo a Posadas si te interesa’. Y por ahí tiene todavía. ‘No, pero Fulana quiere. Y se armó una cadena”

Y cierra. La verdad es que el IFAI me dio un freezer con una capacidad de 700 litros y estoy chocha”.

En el final, queda la duda. ¿Qué hacer después de octubre cuando la mandioca empieza a venir mal?

“Bueno, eso es temporada baja. Así que apuesto a la producción de choclo dulce ‘Santa Helena’. Planté en marzo pero llegó muy temprano el frío. Cuando está floreciendo pide lluvia. Lo desgrano en bolsitas de 1 kilo”

Está visto, Estela Marisa Baumann no se piensa quedar quieta. Es emprendedora como muchos con el espíritu pionero de los que hicieron grande a Misiones. Y ahí va ella con su autito cargado de mandioca (o de maíz en granos).

Lista para seguir ganándose la vida…

Fuente: Periodismo Misionero.

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