Luego de recibir un aviso de un vecino del municipio de General Alvear que días anteriores había rescatado a dos ejemplares de “Lechuza de Campanario”, que anidaban en un horno de un aserradero que seria derrumbado, técnicos y guardafaunas se trasladaron este miércoles al lugar donde se realizó la entrega de las aves.
Ambos ejemplares fueron revisados por el veterinario del parque y se constato el buen estado general. Posteriormente fueron trasladadas al Parque El Puma en Candelaria y dio inició de un periodo de cuarentena, el cual una vez transcurrido permitirá que ambas aves sean liberadas nuevamente en otro sector.
La lechuza común es un ave mediana, mide de 33 a 35 cm de longitud y sus alas poseen una envergadura de 80 a 95 cm, con un peso medio para los adultos de 350 gramos. Tiene un característico disco facial con forma de corazón y tienen los dedos cubiertos con plumas modificadas de color grisáceo.
Emiten un grito lastimero y estridente, aunque la gran variedad de sonidos que producen dificulta la identificación, a excepción del inconfundible siseo que emite cuando se siente amenazada o cuando las crías piden alimento.
Para cazar se muestran muy observadoras, moviendo imperceptiblemente la cabeza, en ocasiones, se lanza desde una posición elevada. Posee una visión excelente cuando hay poca luz, y su oído es tan preciso que puede atacar a su presa en una oscuridad total.
