El oficialismo junto a los bloques dialoguistas, en acuerdo con la Casa Rosada y la vicepresidenta Victoria Villarruel, decidieron tomar cartas en el asunto por el caso de Edgardo Kueider. Este jueves, se sumarán a una sesión especial en el Senado para votar la suspensión hasta el 1 de marzo del entrerriano como senador. Esta medida busca tener un panorama más claro de la situación judicial del legislador antes de definir su expulsión de la Cámara alta, tal como reclama la oposición.
La decisión se adoptó esta tarde y en la sesión se enfrentarán dos posturas. El kirchnerismo insistirá con su pedido de excluir a Kueider del Senado por la inhabilidad moral en la que incurrió al ser detenido por intentar pasar U$S 200.000 en efectivo sin declarar ante la aduana paraguaya. El resto de los bloques apoyaría la decisión de suspender al legislador, una postura que se plasmará en un proyecto que firmarán senadores del oficialismo, el Pro, la UCR y Las Provincias Unidas, interbloque al que pertenece el entrerriano.
La disputa sobre Kueider que tensiona al Senado
Cómo se resolverá la disputa sigue siendo incierto. Si ninguno de los dos bandos cede en su postura, nadie garantizará el voto de los dos tercios de los presentes que exige el artículo 66 de la Constitución nacional para decidir la exclusión o la suspensión de un legislador. La licencia, por su parte, requerirá la mitad más uno de los presentes, aunque es la opción que menos agrada a la mayoría de los senadores.

Hasta el momento, Villarruel no firmó el decreto convocando a sesión. Esperará la presentación del proyecto que propone la suspensión y otro pedido de sesión especial para incluir el expediente en la citación.
La balanza se inclinó a favor de que la situación de Kueider tenga una resolución esta misma semana en el recinto de la Cámara alta luego de que la mayoría del bloque Pro decidió bajar al recinto. Fue en una votación dividida.
La definición final sobre la suerte de Kueider surgirá de las frenéticas conversaciones que, desde hace 48 horas, Villarruel y sus colaboradores del área parlamentaria mantienen con los bloques dialoguistas. Estas negociaciones buscan fijar una posición común y continuarán hasta minutos antes de que arranque la sesión.
La oposición y una estrategia debilitada
Para complicar aún más el panorama, la principal bancada opositora, presidida por José Mayans (Formosa), no contará con su tropa completa. Solo estarán presentes 30 de sus 33 senadores, lo que complica las chances de que la expulsión alcance los dos tercios de los presentes. Además, no todos en el bloque kirchnerista están de acuerdo con expulsar a Kueider sin darle, al menos, el derecho de defensa ante la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Hasta el momento, el radicalismo no ha fijado una posición. El bloque que conduce Eduardo Vischi (Corrientes) se reunirá este miércoles, aunque varios legisladores pretenden otorgarle a Kueider su derecho a la defensa antes de tomar una decisión drástica, como la expulsión. La idea de estos senadores es que la Cámara alta le pida a la justicia paraguaya información sobre el estatus judicial del entrerriano y, mientras tanto, acepte el pedido de licencia presentado este lunes. La suspensión hasta el 1 de marzo, a la espera de que se aclare la situación procesal del legislador, permitiría saldar esa discusión.
Otras posturas sobre la problemática
A favor de la suspensión se sumó también la opinión de la provincial Mónica Silva (Río Negro), quien pidió “desplazar” a Kueider hasta que la Justicia determine sus responsabilidades. “Creo que el Senado se tiene que reunir para tratar esta situación”, afirmó la legisladora.
En el oficialismo, el tema también dividió opiniones. La vicepresidenta esperó señales de la Casa Rosada, aunque tuvo una dura opinión sobre el hecho que derivó en la detención de Kueider. La postura que se impuso, con la venia del Gobierno, fue votar la suspensión del senador para no entregarle, con la expulsión del cuerpo, una banca al kirchnerismo. En caso de ser desplazado de la Cámara alta, el lugar de Kueider debería ser ocupado por Estefanía Cora, diputada provincial en Entre Ríos y militante de La Cámpora.
Con información de La Nación.