Las festividades de fin de año suelen estar acompañadas por el uso de pirotecnia, una práctica que, aunque tradicional, conlleva riesgos significativos para la salud y el bienestar de diversas poblaciones vulnerables. En este marco, la ciudad de Posadas se rige por la Ordenanza II-n°81, que prohíbe la comercialización y uso de pirotecnia con alto impacto sonoro, permitiendo únicamente la pirotecnia lumínica y fumígena bajo regulación.
Con esta herramienta, la capital misionera trabaja en la difusión del no uso de material pirotécnico de gran estruendo. La campaña busca concientizar acerca de la salud de las personas, especialmente de aquellas que son vulnerables a estímulos impredecibles y de alta intensidad acústica. También, se enfoca en los riesgos para animales y el ambiente.
La ordenanza establece la prohibición de artefactos que produzcan el efecto de estruendos, como también la manipulación de globos aerostáticos, ya sea en lugares abiertos, cerrados, públicos o privados.
Impacto en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA)
Los estruendos generados por la pirotecnia afectan gravemente a personas con hipersensibilidad auditiva y trastornos del procesamiento sensorial, especialmente a niños con TEA. Según especialistas, como la licenciada en psicología Micaela Benítez, los ruidos que superan los 160 decibeles pueden provocar ansiedad extrema, episodios de autolesión e incluso convulsiones en estas personas.
El carácter impredecible de los estruendos genera un estado de alerta constante, dificultando cualquier intento de contención. Por ello, se enfatiza la importancia de fomentar la empatía y el uso de pirotecnia silenciosa para garantizar que todos puedan disfrutar de las fiestas.
Cómo afecta la pirotecnia a las mascotas
Los fuegos artificiales también pueden significar un problema para los animales. El nivel de estrés aumenta debido a que sus oídos son seis veces más sensibles que el de los humanos. Por este motivo, es imprescindible contar con técnicas que permitan tranquilizarlos
Según estudios, el sonido de los cohetes afecta en mayor medida a los perros que a los gatos. Si bien estas mascotas tienen el mismo nivel auditivo que los caninos, no demuestran disconformidad ante los ruidos fuertes. Los fuegos artificiales pueden ocasionar un problema para los felinos porque su visión nocturna es aguda.